Epic Games pierde 200 GB de datos, contraseñas y el código fuente en un hackeo masivo

Epic Games pierde 200 GB de datos, contraseñas y el código fuente en un hackeo masivo

Epic Games es una de las empresas más influyentes en el mundo de los videojuegos, gracias a su motor gráfico Unreal Engine, su exitoso juego Fortnite y su tienda digital Epic Games Store. Sin embargo, esta popularidad también la convierte en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes, que buscan obtener beneficios a costa de su información.

 

Un ataque de ransomware pone en jaque a Epic Games

Los atacantes han amenazado con vender estos datos al mejor postor si Epic Games no paga un rescate antes del 4 de marzo de 2024. Se trata de una práctica conocida como ransomware, que consiste en cifrar o bloquear el acceso a los datos de la víctima y pedir un rescate para liberarlos. Mogilevich es una banda de ransomware relativamente nueva, que ha empezado a operar hace poco. Su primer objetivo fue Infiniti USA, la filial de Nissan, a la que hackearon hace una semana. Desde entonces, han atacado a otras tres empresas, siendo Epic Games la última de ellas.

Epic Games ha confirmado el hackeo y lo cierto es que no es la primera vez que sufre un ataque informático, ya que en 2016 su foro fue hackeado y se robaron 800.000 contraseñas de usuarios. Tampoco es la única empresa de videojuegos que ha sido víctima de los hackers. A finales de 2023, Insomniac Games fue atacada y se filtraron los datos de su próximo juego, Marvel’s Wolverine, que se pudo jugar antes de su lanzamiento oficial.

 

¿Qué consecuencias podría tener el hackeo para Epic Games?

Podría enfrentarse a graves consecuencias, tanto legales como económicas. Por un lado, podría ser demandada por sus clientes y socios por no proteger adecuadamente sus datos personales y financieros. Por otro lado, podría perder ventaja competitiva si su código fuente cae en manos de la competencia o de piratas informáticos que lo usen para crear copias o modificar sus juegos.

Además, el hackeo podría dañar la reputación de Epic Games y afectar a la confianza de los usuarios, que podrían dejar de usar sus servicios o comprar sus productos. Esto podría suponer una pérdida de ingresos y de cuota de mercado para la empresa.

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